2/2/09

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2006


2006
Galería Mapa Líquido
Texto curatorial exposición Baa Baa

DROGUINHAS[1]

Lara Marmor

En esta exposición se propone el resultado de un proceso comenzado en 2000; el ovillo es la consecuencia básica de un movimiento inverso, si se considera una mirada retrospectiva en la obra de GP.

Los trabajos presentados corresponden al último momento de producción y en ellos, conceptualmente se manifiesta el elemento fundante, el signo en su expresión más desprendida. La inversión en el orden está dada, ya que el planteo iconográfico, el círculo en sus diversas versiones, deviene luego de una etapa vinculada a la pintura y costura de imágenes figurativas y autorreferenciales. Pero no solamente el proceso conceptual parte del desarrollo hacia el núcleo, sino que técnicamente se ha pasado de la pintura al dibujo, Disegno.

Los dibujos van conformándose bajo ciertas premisas: confinar todas las líneas posibles en un espacio determinado, en este caso un papel, como sucesión de valles y montañas donde un espectador podría fácilmente... perderse. Y, si efectivamente nos perdemos, si “penetramos en la obra”, ésta no muestra ningún ladrillo básico aislado, sino que parece una complicada telaraña de relaciones existentes entre las diversas partes del conjunto..., relata Lux Lindner, en relación a la última exposición de Ernesto Ballesteros, en marzo de 2006.

Filiaciones entre “formas”, ambas propuestas, son la radicalización de una idea: casi infinitos trazos, por múltiples pares de manos al ademán único, mínimo y espontáneo de expresión. De una instalación de 40.000 Km. de hilo, mesura del planeta a la expresión básica, que genera el todo.

A contrapelo de la directriz dominante, últimamente viciada por un conceptualismo, a veces riesgoso, desprovisto de plasticidad y expresividad o extremadamente críptico o superficial, la artista asume con conciencia la tarea planteada. Sus dibujos pueden aludir potencialmente a múltiples narrativas literarias, pero a su vez se entregan a la percepción pura del desarrollo de las formas, la textura y el color. Distintas técnicas y soportes traslucen un razonamiento centrado en pares de opuestos: la transparencia y su antípoda, la opacidad; multiplicidad y unicidad; el frente y su reverso; el vacío y la saturación. Pero esta versatilidad siempre mantiene una constante: el trabajo desde la línea en una acción continua, sin mediación alguna, crea ovillos. A la artista le interesa la acción de ovillar, el gesto se desplaza sin despegarse del soporte. La mano actúa como la acción instintiva de una araña, que teje.

El gesto en todas sus búsquedas morfológicas plantea la problemática del tránsito del tiempo, indicado por el desplazamiento del trazo, la velocidad de la línea. Todo está sujeto a una necesidad primaria, como una acción de subsistencia. Esta serie retirada del discurso narrativo específico abre uno y varios interrogantes ¿Qué ocurre con la presencia inmanente de elementos fundantes, con la presencia de estas sugestivas droguinhas?


[1] Significa algo insignificante en portugués, la artista suiza, radicada en Brasil Mira Schendel utiliza la denominación para referirse a sus trabajos efímeros con hojas de papel de arroz.